Por Enrique Zárate Constela
Nuestro organismo necesita yodo para mantener la función óptima de todas y cada una de sus células, la deficiencia actual rebasa el 90% de la población y esto es la causa principal de las "epidemias" de enfermedades autoinmunes, de tiroides, de próstata, de infertilidad, falta de crecimiento y desarrollo intelectual de niños y muchas más. Uno de nuestros productos Lugodine ha resultado de gran ayuda y está cambiando muchas vidas hacia la salud plena.
Reproduzco un fragmento de un artículo publicado por Ignacio Chamorro, director del Instituto Clark España Miembro de la Dr. Clark Research Association.
"En el año 1829 el doctor francés Jean
Lugol se dio cuenta que, añadiendo ioduro de potasio al agua, este
incrementaba la solubilidad del iodo (iodine) mismo. A partir de ahí
comenzó a utilizar una solución que hoy día lleva su nombre (Lugol) y
que es una combinación de ioduro potásico y iodo (iodine) en agua. 2
gotas de Lugol contienen 5 mg. de iodo y 7,5 de ioduro. Este ioduro es
la forma reducida del iodo con un electrón más.
Durante su ejercicio como profesional de
la medicina el Dr. Lugol trató con éxito a miles de pacientes con
enfermedades infecciosas y degenerativas graves y hace décadas los
médicos mandaban a la población en general suplementarse con entre tres y
doce gotas diarias de iodo en forma de Lugol como preventivo.
Es importante que sepamos que
actualmente el 95% de la población tiene déficit de iodo ya que en los
años 60 se añadía como acondicionador a la masa de panadería, hasta que a
mediados de los años 80 el bromo, que es un elemento tóxico sustituyó
al iodo.
En los últimos años para agravar el
déficit de iodo generalizado por la no ingesta del mismo se une la
toxicidad de metales pesados como el flúor, cloro y sobre todo el bromo.
Resultando que el 70% de la población tiene problemas derivados de un
déficit de iodo.
Según estudios de investigadores como la
Dra. Clark y el Dr. Brownstein, debemos suplementarnos con Lugol a
diario, ya que más del 90% de la población sufre un déficit entre
moderado y severo de iodo desde hace aproximadamente 20 años, época en
la que comenzó la “explosión” de patologías autoinmunes, esterilidad,
cáncer, etc…
Fíjense lo importante que es el iodo
para la salud, que por ejemplo una mujer sana necesita sólo para sus
mamas 5 mg. de iodo al día (los tejidos que más iodo necesitan son las
mamas y la tiroides).
También necesitan cantidades importantes
de iodo para mantener el correcto funcionamiento y evitar la
enfermedad, tejidos como la próstata, el tracto gastrointestinal, las
glándulas salivares, los huesos, el tejido conectivo, los tejidos del
resto del cuerpo, resaltando el fluido cerebroespinal, cerebro
(sustancia nigra), ovarios, cuerpo ciliar del ojo y los plexos coroideos
del encéfalo.
La mayor acumulación de iodo está en la
mama (50 mg. aproximadamente) y el total acumulado en el cuerpo humano
es de 1.500 a 2.000 mg. El organismo de la mujer necesita más iodo que
el del hombre, por eso tiene más problemas de tiroides y de enfermedades
autoinmunes.
En un organismo normal se necesitan
aproximadamente al día unos 6 mg. de iodo para la tiroides, 5 mg. para
las mamas y unos 3 mg. para el resto del cuerpo y es junto al magnesio y
al selenio uno de los minerales más deficitarios en nuestro cuerpo.
Pero, ¿por qué es tan importante la
suplementación con iodo?, pues básicamente porque estamos en déficit
como ya afirmé anteriormente y es de los elementos más importantes para
mantener nuestra salud y el equilibrio ya que es necesario para la
producción de todas las hormonas y se encuentra en cada una de los
trillones de células de nuestro cuerpo.
Investigadores como el Dr. David Derry
afirman que el iodo es el mejor antibiótico, antiviral y antiséptico de
todos los tiempos, además carece de efectos secundarios y no genera
resistencia bacteriana. Los antibióticos por su parte pueden sobrecargar
el sistema cardiovascular, el hígado y además destruir toda nuestra
flora intestinal.
Resulta increíble que, a pesar de la
sobredosificación de antibióticos por parte de la medicina alopática en
las últimas décadas, la tasa de mortalidad por enfermedades infecciosas
aumentó en más del 50%, lo que lo convierte en una de las primeras
causas de mortalidad. Al aumentar el uso de antibióticos aumentó también
el número de infecciones resistentes y en estos casos de resistencia a
los antibióticos, los médicos deberían dirigir su mirada a productos
como el Lugol.
Podríamos preguntarnos si la ingesta de
iodo proveniente de sal iodada sería igual de útil que la suplementación
con Lugol, pero no es recomendable ya que la sal iodada contiene solo
unos 75 mcg./gramo, en forma de ioduro potásico, lo cual es una cantidad
muy baja y poco absorbible por el cuerpo, mientras que la concentración
en el Lugol es mucho mayor y en forma de ioduro y iodine.
Es importante saber que la mejor forma
de suplementación de iodo es esta forma de Lugol (ioduro y iodine), ya
que la mama usa principalmente iodine (cuyo déficit altera la estructura
y función del tejido mamario), por eso el ioduro de la sal iodada no
ayudaría en lesiones precancerosas de la mama y el Lugol sí lo haría;
durante más de 40 años los quistes en las mamas se han tratado con
Lugol.
La tiroides utiliza principalmente
ioduro, la próstata contiene iodine, la piel ioduro y los riñones, bazo,
hígado, sangre, glándulas salivares e intestino, contienen ambas
formas: iodine y ioduro.
Cuando hay un déficit de iodo en mama y
en tiroides, estos tejidos aumentan de tamaño para compensar la
deficiencia y por lo general las formaciones anormales de mama, ovarios,
útero si corregimos el déficit de iodo el tejido anormal vuelve a su
estado original.
A nivel de tiroides cuando existe
déficit de iodo se genera un hipotiroidismo en el cual la eficacia del
sistema inmune baja. Si utilizamos hormonas tiroideas sintéticas, estas
aumentan la necesidad de iodo y bajan la efectividad de las células para
retener este, por lo que aumenta el déficit de iodo y por tanto la
hipofunción de la glándula.
Este déficit de iodo además de
hipotiroidismo puede generarnos bocio, hipertiroidismo, cáncer de mama,
ovarios, útero, esófago, estómago, próstata, etc., y desde hace
aproximadamente 100 años que se viene relacionando el hipotiroidismo con
el cáncer de mama y se sabe que en las mujeres con cáncer de mama hay
un exceso de bromo y flúor y esto está directamente relacionado con el
déficit de iodo en los tejidos. En los casos de cáncer, la
suplementación con Lugol induce al suicidio de células cancerosas y
además puede funcionar como oxidante y reductor, por lo cual es un
potente agente anticancerígeno ya que en el cáncer los mecanismos de
oxidación y reducción se han agotado. Por otro lado, cuando el iodo se
incorpora a los lípidos de las células, las ayuda a estabilizarse y a
mantener un ciclo vital normal.
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FUNCIONES PRINCIPALES DE LA
SUPLEMENTACIÓN CON LUGOL
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- Incrementa la excreción urinaria de metales pesados, sobre todo plomo y mercurio.
- Incrementa la excreción de los halogenuros tóxicos, bromo, flúor, cloro.
- Si
hay exceso de bromo en una glándula hay déficit de iodo ya que el bromo
es similar en tamaño y estructura por lo que se une a los receptores de
iodo en el cuerpo. Un exceso de bromo puede traernos: delirio, retraso
psicomotor, esquizofrenia, alucinaciones, poca concentración, depresión,
irritabilidad, migrañas, desequilibrios hormonales y cáncer. A la vez
que se ingiere iodo, excretamos bromo.
- Es
antibacteriano, sobre todo contra salmonellas y shigellas, bacterias
gram-positivas, gram-negativas y micobacterias. También es un excelente
antivírico, antifúngico y además es efectivo contra protozoos. La mayor
parte de los patógenos en contacto con el Lugol, mueren en un plazo no
superior a los 90 segundos y pese a que es eficaz frente a más del 85%
de las bacterias patógenas, su uso como antibiótico ha sido ignorado lo
cual nos podría llevar a pensar en el daño que se le haría a la
industria farmacéutica si se generalizase su uso.
- Evita y reduce los quistes, sobre todo en mamas y ovarios.
- Ayuda
en déficit de atención, arteriosclerosis, fatiga, fibromialgia,
patologías autoinmunes, hipotiroidismo, hipertiroidismo, hemorroides,
migrañas, hipertensión, problemas de próstata, quistes sebáceos, bocio,
infecciones vaginales y cáncer.
- Es
el más seguro de los elementos traza y puede ser ingerido durante
largos periodos de tiempo ya que un supuesto exceso se eliminaría por
orina en 24 horas."