jueves, 18 de junio de 2015

El pulso de la vida

La madre Tierra no es una roca inerte con un núcleo magnético de hierro, es un organismo tan vivo como nosotros, aún más, dependemos de su fuerza para vivir. Nuestro planeta nos provee de los elementos que requeriere nuestro cuerpo: alimento, luz solar, oxígeno, agua y EL PULSO MAGNÉTICO de la Tierra. Más que un imán permanente la Tierra se comporta como un gran electroimán pulsante gracias a las corrientes de material magnético de su núcleo líquido.
Esa energía magnética pulsante tiene una baja frecuencia, como demostró Winfried Otto Schumann , es de 7.83Hz. Sorprendentemente, así como nuestro planeta, los seres humanos emitimos nuestro propio campo bio-energético, el cual coincide en rango de frecuencias con las frecuencias de la tierra.
Cada una de nuestras células mantiene un voltaje y una polaridad que nos permite mantener la salud, y dependen en gran medida de la exposición a los campos geomagnéticos.
Pero ¿que pasa cuándo vivimos detrás de una muralla de frecuencias distintas a las naturales? La vida moderna nos brinda un número creciente de aparatos divertidos (útiles también), pero que nos están costando mucho en salud. Bloqueando el campo magnético y las frecuencias de la Tierra, tenemos las líneas de alta tensión, cableado de casa, celulares, wifi, fm, am, transmisiones satelitales, gadgets, etc...
Esta falta de campo magnétco natural (que es de baja frecuencia o sea menos de 100Hz) afecta el voltaje de nuestras células disminuyendo su capacidad de generar ATP (llamada molécula de la vida por el Dr. Demetrio Sodi Pallares) y llevando a la célula a un proceso degenerativo que muchas veces termina en convertirse en célula cancerígena.
La suplementación de un campo magnético pulsante de baja frecuencia (CMP) mediante la utilización de un equipo especializado, revierte esta situación, devolviendo el potencial correcto a la célula, y por lo tanto recuperando su funcionalidad.

Cuando utilizamos en forma constante un equipo de CMP, nuestro organismo se encuentra en un estado de equilibrio electro-magnético, y esto favorece la regeneración celular, la generación de ATP, la captación de oxígeno y la alkalinidad del organismo.
Escapar del celular, la TV, la computadora, los gadgets, la electricidad, el automóvil, etc... es prácticamente imposible!
Sin embargo adquirir la exposición a los CMP necesaria para mantener la salud es posible para cualquiera de nosotros. El equipo debe trabajar con ondas senoidales y tener una frecuencia no mayor a 100Hz.


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